Los munchies son la consecuencia complaciente y deliciosa de la marihuana recreativa. Pero si estás intentando controlar tu consumo de calorías, pueden ser un obstáculo. Aquí tienes algunas formas de controlar e incluso evitar la aparición de los munchies.
Una vez que los cannabinoides superan la barrera hematoencefálica, los munchies atacan. Algo que suele pasar muy seguido es atascarse de nachos, pizza o helado.
Para muchas personas con problemas de apetito, los munchies pueden ser beneficiosos. Entre ellos, los pacientes sometidos a quimioterapia y personas con trastornos alimentarios. Pero si no se controlan, los munchies también pueden provocar un aumento de peso considerable y no deseado.
Llegará un momento en el que pienses "basta ya", y tomarás la decisión de parar. Pero si quieres seguir disfrutando de los placeres psicotrópicos, aquí tienes algunos consejos para sacar los munchies de tu mente.
¿Por qué la marihuana provoca munchies?
El THC es el principal culpable de ese hambre voraz. Y según la ciencia, todo se basa en los receptores CB1 del sistema endocannabinoide. Entre otras funciones, estos receptores promueven la ingesta de alimentos.
Cuando el THC llega al organismo, activa los receptores CB1, lo que termina provocando una mayor reacción de hambre. Incluso el olfato es mucho más reactivo bajo el efecto del THC.
Cómo prevenir los munchies antes de fumar
Como se suele decir, es mejor prevenir que curar. Y si has decidido firmemente resistirte a los munchies, este viejo refrán es perfecto para la ocasión.
Haz que sea difícil rendirse a los munchies
La comodidad suele ser el camino más rápido hacia la tentación. Y antes de que te des cuenta, estarás comiendo patatas fritas como si no hubiera un mañana.
En ese caso, procura que no sea fácil sucumbir a los munchies. Una forma de hacerlo es no tener comida basura en casa. Intenta no olvidarlo la próxima vez que vayas al súper.
Ahora bien, si tienes hijos en casa, es normal que no quieras privarles de estos placeres de la vida. Pero hazte un favor y cierra la despensa con llave, para asegurarte de que esa puerta se abra solamente cuando estén todos juntos para disfrutar de las cosas ricas que hay en su interior.
Prueba diferentes strains
Como bien saben los expertos de la marihuana, no todas las variedades son iguales. Cada una provoca una reacción diferente en comparación con otra.
Ciertas variedades pueden dejarte completamente incapaz de hacer cualquier cosa. Pero otras aumentarán tus ganas de comerte una hamburguesa o unos macarrones con queso.
En realidad, probar cepas diferentes es la parte divertida de ponerte a prueba a la hora de resistirte a los munchies. Toma nota de cuáles te provocan ese hambre voraz y cuáles no, y después actúa en consecuencia. Tampoco te olvides de elegir varias cepas anti-munchies para experimentar diferentes sabores y efectos en cada fumada.
Come cosas sanas antes de fumar
El problema de los munchies no es el acto de comer en sí, sino de la cantidad de comida basura que comas. Y debido a la gula incontrolable que provoca el THC, ten por seguro que subirás dos kilos en una noche.
Dicho esto, otro recurso útil puede ser comer algo saludable antes de fumar. Opta por alimentos que sepas que van a saciarte durante las próximas horas, como los que presentan un alto contenido de agua.
Para picar, tienes opciones muy buenas, como por ejemplo una pancito tostado con aguacate, plátano con mantequilla de cacahuete o yogur con cereales. Para las comidas principales, puedes probar pasta con verduras, un buen plato de quinoa o pechuga de pollo acompañada de verduras.

Cómo frenar los munchies mientras fumas
Los munchies podrían ser una consecuencia del fumar, pero no son un requisito previo. Hay varias formas de acabar con estos antojos durante tus fumadas.
Mantente ocupado/a
Aquí podemos echar mano de otro refrán muy útil: "la pereza es la madre de todos los vicios". Fumas, te sientas y ves un anuncio de alitas de pollo en la televisión. Poco después, estás haciendo un pedido de pollo frito a domicilio, todo para ti. Para empeorar un poco las cosas, añades unas cuantas chelitas y una botesote de helado.
Para evitar una noche desenfrenada, procura mantenerte ocupado/a. Ponte un documental. Aprende algo nuevo. Escribe en tu diario. Haz un poco de ejercicio. Medita. Escucha música. Haz cualquier cosa que no esté mínimamente relacionada con la comida basura, y más tarde lo agradecerás.
Lávate los dientes
Algunos alimentos te dejan muy buen sabor en la boca durante un buen rato. Por ejemplo, un plato de pasta a la boloñesa con setas y ajo. También un trozo de un sabroso y cremoso pastel de chocolate. No cabe la menor duda de que si fumas con estos sabores persistentes en el paladar, tendrás ganas de más al instante.
Pero, ¿sabes qué puede matar estos sabores de inmediato? Un poco de pasta de dientes refrescante con sabor a menta. Enjuágate con un poco de agua y cepíllate los dientes antes de encenderte un Lion Roll. Es muy difícil tener antojos de comida con un fuerte sabor a menta en la boca. Con esto deberías librarte durante las próximas horas.
Mantente hidratado/a
A veces, nuestra mente puede jugarnos muy malas bromas, especialmente cuando estamos en pleno viaje psicotrópico. La deshidratación y la sed pueden hacernos creer que necesitamos comer. Entonces, tomamos medidas comiendo una galleta rellena de chispas de chocolate. Pasan las horas, y el paquete de galletas que abriste ahora está prácticamente vacío.
Ahórrate esta situación manteniéndote hidratado/a. Si tienes ganas de comer algo, bebe un vaso de agua. Esto debería saciarte durante un buen tiempo. Beber agua también es una buena forma de combatir la molesta sequedad de boca.
Cómo combatir los munchies después de fumar
Estás pasando la noche del viernes fumando sin parar y vegetando delante de la tele, pero empiezas a sentir mucha hambre, cada vez más.
No te preocupes, lo estás haciendo muy bien y no es momento de ceder. Todavía estás a tiempo de evitar un ataque de munchies en toda regla.
Haz un poco de ejercicio
Ya hemos hablado de esto brevemente, pero merece la pena repetirlo. El ejercicio podría ser una de las actividades más productivas que puedes practicar mientras estás colocado. Y algunas variedades pueden ayudarte con ello.
De hecho, algunos deportistas prefieren entrenar bajo la influencia de su hierba favorita. Y, al menos según algunos testimonios, el THC puede hacer que los entrenamientos sean más agradables.
Investiga y elige variedades que combinen bien con el ejercicio físico. Pero no hagas nada demasiado extremo mientras estás limitado a nivel funcional. ¿Golpear un saco de boxeo? Sí. ¿Hacer escalada? Probablemente no sea una buena idea.
Prueba el aceite de CBD
¿Sabes qué más puede prevenir los munchies después de fumar? Un buen aceite de CBD. Si estás a punto de sufrir un ataque de ese tipo de antojos, siempre puedes acudir al primo no psicotrópico del THC para frenarlos.
Los estudios han destacado el potencial del CBD para modular los efectos psicotrópicos del THC. Eso, por supuesto, incluye los munchies.
Así que, la próxima vez que tengas ganas de sucumbir a la comida rápida después de una noche de fumada, coge al frasco de aceite de CBD. Te sentirás mucho mejor contigo mismo/a por la mañana.
Vete a la cama
Esta es la situación: estás a punto de regresar de tu viaje interestelar impulsado por el THC. Estás en el sillón en posición horizontal, en la sala de estar. La cocina está a unos pasos a tu derecha. Ves una caja de donas en la cocina. ¿Vas a rendirte?
¡Pues claro que no! Pero el mejor recurso es alejarte de esa habitación. Levántate y ve directamente a tu habitación. Ni siquiera mires ese paquetito lleno de azúcar refinado y remordimientos. Finge que no está ahí o que no lo has visto. Cuando llegues a tu habitación, date una palmadita en la espalda por tu gran esfuerzo. Se necesita mucha fuerza de voluntad para decir que no a un antojo, pero tú lo has conseguido.
Qué hacer si no puedes vencer a los munchies
Independientemente de cuánta fuerza de voluntad tengas, a veces los munchies te ganan. Incluso Superman tiene su kriptonita. Pero como hemos dicho antes, el problema en potencia no está en el acto de comer, sino en lo que comes.
Existen muchas opciones más saludables. Si te apetece atiborrarte de patatas fritas y aros de cebolla, prueba alternativas saludables. No te sentirás culpable por tus acciones, y eso siempre es positivo.
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